La Creación - ¿Coincidencia o Intención? 

Margarete van den Brink

Normalmente comemos ensalada en la cena. Antes de hacerla, tiendo siempre a tomar en mis manos la lechuga por su cabeza (a menudo lechuga iceberg) y admirarla. Cada vez me vuelvo a sorprender cómo se formó. Capa por capa, las hojas se colocan una encima de la otra para que juntas formen una esfera. Maravilloso verlo. También cada hoja en sí es un milagro ingenioso y artístico: eficaz y hermosa, con una forma tal que los jugos pueden fluir a través de las pequeñas venas de las hojas y en su totalidad nos alimentan y nos hacen crecer.

El Asombroso Orden en la Naturaleza

La misma sensación de asombro se puede tener cuando nos encontramos en el bosque cerca de un gran hormiguero. Los nidos de hormigas en los bosques pueden llegar a tener más de un metro de altura. ¡Un gran logro para estos pequeños insectos! Un hormiguero también se ve impresionante desde el interior. Las hormigas pertenecen al grupo de insectos sociales formadores de colonias. Cada colonia de hormigas consta de una (o algunas) reina (s), obreras (todas hembras) y machos. Las trabajadoras son el grupo más numeroso. Son las más inteligentes y dividen las tareas de trabajo juntas. Entre ellos encontrará a los exploradores, recolectores de alimentos, guardias de basura, cuidadores de niños y soldados, solo para mencionar algunas funciones.

El nido existe desde dentro de la tierra en el que se hacen diferentes cámaras para los huevos. Hay diferentes capas. Dependiendo de las condiciones climáticas, los trabajadores mueven las crías a las cámaras que se encuentran sobre el suelo o a las subterráneas. A veces, incluso, se los saca afuera durante un tiempo para dejarlos secar y luego se los devuelve al interior.

La multitud que ves en un hormiguero parece ser una situación caótica. Sin embargo, forman un conjunto de actividades, coordinadas con precisión y en las que cada hormiga "sabe" lo que tienen que hacer. Todo dentro de un hormiguero está dispuesto y tiene una función determinada.

La eficaz Construcción del Cuerpo Humano

También encontramos tal eficacia funcional en el cuerpo humano. Por ejemplo, los huesos de nuestras piernas consisten en un gran número de puntales superpuestos. Estos están dispuestos de tal manera y forman un soporte tal, que aun con huesos relativamente delgados, forman una construcción extremadamente resistente que incluso puede sostener y transportar un cuerpo de más de 150 kg. Y no sólo eso, también pueden crecer e incluso recuperarse después de un daño. Si se rompe una pierna, ambas partes se presionan entre sí y se sujetan. Luego vuelven a crecer juntos para formar un todo sólido.

Todo el cuerpo humano parece ser un gran edificio ingenioso y una gran obra de arte. Si observamos cada órgano del cuerpo humano por separado y nos metemos en él sintiéndolo, estaremos profundamente impresionados por la forma en que ellos actúan y la sabiduría que irradian. Los diferentes órganos del cuerpo humano funcionan individualmente, pero también juntos. Basta con mirar el proceso de digestión. Los alimentos que ingerimos se digieren con diversos órganos: boca, estómago, hígado, bilis, intestinos y se convierten en energía que nutre el cuerpo. Como resultado, nuestro cuerpo permanece vivo y se repara.

Usualmente quedamos callados ante todas esas maravillas. Creemos que es 'así' como sucede y no vemos nada especial en ello. Sólo cuando nos tomamos el tiempo de ahondar nuestra observación en una planta, un animal o ver crecer a un niño, dejando que los sentimientos hablen, vemos cuán especial es lo que sucede.

Ver el Espíritu en la Materia

Lo que entonces 'ves' es 'algo que no ves', es decir, ves el mundo espiritual. Porque en la pelusilla de una marchitada diente de león, en la forma en que las aves crían a sus crías, o cuando una persona de repente entiende un problema difícil, se expresa la acción del espíritu.

También podemos decir: percibimos la actividad, la fuerza, del mundo espiritual. Para una persona que entiende algo, se hace visible la actividad de su propio Ser espiritual superior. Se ve esta actividad también en la naturaleza y en las personas, cuando se observa la belleza, el orden, el propósito, la sabiduría, la fuerza del pensamiento y el amor. Son todas cualidades que son y que caracterizan la presencia de seres espirituales y de la actividad del mundo espiritual en general.

Charles Darwin se Conmueve

Charles Darwin, el científico que diseñó la teoría de la evolución, cuenta que se sintió conmovido por lo que vió, durante sus investigaciones. Por ejemplo, cuando observaba orquídeas y examinaba gusanos, se sintió a menudo, como él mismo dijo, estremecido por una fuerza que lo agarraba de sorpresa la misma que era sentida como “expression of mind” o una expresión del Espíritui .

Es decir, en esa orquídea y en ese gusano, Darwin percibió una acción, un principio de un orden espiritual completamente diferente y superior. Lo mismo sucedió cuando estudió intensamente el ojo humano. En una carta a Asa Gray en 1860, él escribe: ‘El ojo me está dando escalofríos en este momento, pero cuando pienso en la fineza y complejidad que le observo, mi razón me dice que debo superar el escalofrío'ii.

Sus palabras indican que desde su capacidad empática vio algo que lo tocó tanto que le dio escalofríos. Luego supera ese sentimiento o experiencia con su razón, su mente analítica y al hacerlo, él marca la experiencia de lo misterioso, creando así el espacio para desarrollar, desde el intelecto, la teoría de la evolución.

Supremacía del Intelecto Analítico

Cuanto más Darwin, que originalmente era un hombre religioso, elaboró su teoría de la evolución, menos vería en la creación la mano de Dios o la obra de un poder espiritual superior. Al final él juró la absoluta inexistencia de Dios.

Hace más de 150 años que nació Charles Darwin. La influencia de su teoría de la evolución en el pensamiento actual sobre el hombre y la naturaleza sigue siendo muy grande. La visión del mundo y del ser humano, que él propaga es de naturaleza puramente materialista y sólo cuenta, lo externo, lo que se puede conocer con el intelecto analítico. El elemento espiritual no juega ningún papel. No obstante, muchos científicos creen que la teoría de la evolución de Darwin y sus sucesores, los neo darwinistas, responde a todas las preguntas de la existencia. También aquellas sobre la existencia de Dios, los sentimientos religiosos, la sabiduría y las acciones altruistas. Este planteamiento crea mucha confusión. ¿Entonces quién tiene razón? ¿La ciencia que pretende entender las antiguas tradiciones religiosas? Por ello, es importante saber qué implica la teoría de la evolución.

La Teoría de la Evolución de Darwin

La teoría de Darwin sobre el desarrollo del mundo y el hombre es parte de lo que también se llama la visión naturalista. La visión naturalista supone que el espacio, el tiempo y la materia, hace apenas 14 mil millones de años, surgieron espontáneamente durante un evento que se llamó Big Bang o la Gran Explosión. Ese estallido dio lugar al hecho de que, según sus seguidores, surgieran el hidrógeno y el helio y más tarde también las galaxias, las estrellas y los planetas. Allí se formaron nuevos elementos, como el carbono y el oxígeno. Tanto en nuestro planeta Tierra, como posiblemente también en muchos otros planetas, se produjeron procesos arbitrarios, espontáneos e imprevistos, que condujeron a la formación de moléculas complejas que fueron capaces de multiplicarse.

Eso llevó a todo tipo de diversificaciones, es decir, a formas en las que no todas las moléculas multiplicadas eran idénticas a sus padres. Desde esa situación surge gradualmente y a través de un proceso de 'selección natural', el primer organismo vivo, la primera célula. Y, desde esa única célula, en un proceso de miles de millones de años, se logran organismos multicelulares y así la inmensa cantidad de plantas y animales que ahora conocemos en la tierra.

La Selección Natural, la Lucha por la Existencia y la Adquisición por Herencia de las Capacidades de Adaptación
Darwin agregó tres elementos/mecanismos importantes a la visión naturalista: la selección natural, la lucha por la existencia y el hecho de que las capacidades mas favorables y útiles para la sobrevivencia de los seres vivientes se transmiten a través de la herencia.

Según Darwin, existe un mecanismo, conocido por Darwin como la ‘mano invisible del diseñador', que asegura la sobrevivencia de aquellos organismos que se pueden defender solos en la naturaleza. Considerando, la escasez de alimentos y la limitación de espacios, surgirá otro mecanismo, que es la lucha por existir. En esa lucha, vence el más fuerte quien a su vez tendrá descendientes fuertes y numerosos.

Un tercer mecanismo, también llamado ‘mano invisible', finalmente asegura que las capacidades útiles que el humano ha desarrollado -por ejemplo, la capacidad de vivir en áreas extremadamente frías- se conserven y se transmitan a través de la herencia de padres a hijos.

Todo ha Surgido por Casualidad y sin un Propósito Definido

Aquéllos que comparten la teoría de la evolución, enfatizan una y otra vez que todos estos procesos son completamente aleatorios y se dan por un orden natural. Eso significa que no hay propósito ni orientación de algo superior, por ejemplo, de un creador o un diseñador. Todo ese complicado proceso de miles de millones de años, dicen, no sirve de nada. La vida ha surgido por casualidad, no tiene en absoluto ningún propósito y, por lo tanto, no tiene sentido, ni significado. Los elementos espirituales tales como el intelecto, la moralidad, el sentimiento social y religioso se consideran dentro de esta teoría, como mecanismos que sólo sirven para sobrevivir, reproducirse y preservar la especie.

Nos encontramos en todas partes, con esta visión materialista de la sociedad. Se la puede descubrir en los conceptos actuales sobre cuidado de la salud, educación, educación, ética, psicología, política, economía, administración y religión, en resumen, en todos los aspectos de la vidaiii.

No hace mucho, el biólogo Ronald Plasterk, ex ministro de Asuntos Internos en Holanda, hablando sobre la religión, dijo: ‘Podemos asumir que nuestros rasgos son el resultado del proceso de selección natural. y ¿Por qué no también, la fe en Dios?'iv

Gaylord Simpson, un paleontólogo estadounidense y seguidor de la teoría de la evolución, escribió: 'El hombre es el resultado de un proceso materialista sin propósito, que no tenía a él (el humano) en mente. Él no fue esperado'La Creación - ¿Coincidencia o Intención?v.

El investigador del cerebro Dick Swaab, dice explícitamente: ‘visto desde el proceso evolutivo, las personas somos muy parecidas a los productos desechables. Por lo tanto sólo somos útiles temporalmente, es decir, para transmitir un fragmento de DNA'vi.

Conclusiones que no son Ciertas

Es importante darse cuenta de que tales conclusiones no se pueden extraer o probar sobre la base de los datos científicos actuales. En esencia, no son más que una expresión de la "fe" personal del científico en cuestión, de su visión atea del mundo.

A menudo se escucha a personas que, dudan de la existencia de un orden superior, del mundo espiritual o de Dios decir: 'Sí, pero la ciencia ha demostrado que ...'. La única respuesta correcta a esto, es: la ciencia tal como se la practica hoy no tiene nada que decir sobre el espíritu, el significado de la vida, la existencia de los ángeles o de Dios, y mucho menos puede probar algo. No lo puede hacer, porque sólo se limita al mundo de la materia y, por lo tanto, es unilateral. Esta parcialidad o unilateralidad de la ciencia, se debe al hecho de que no incluye la realidad del mundo espiritual en su investigación. No lo puede hacer, porque le falta el conocimiento y las herramientas para ello.

Sócrates y Platón

La discusión sobre si existe o no un orden superior en la creación, ya fue llevada a cabo en la Grecia Antigua. Unos 400 años antes de Cristo, filósofos como Sócrates y Platón se oponían a los filósofos que estaban principalmente preocupados por el materialismo. Según Sócrates y Platón, el hecho de que podamos apreciar la belleza, la fuerza y el funcionamiento de la creación indica la existencia e intervención de un poder superior. En otras palabras: en todo lo que se ve, se puede inferir que existe un creador.

Sócrates lo dijo de la siguiente manera: ‘Aquel, el que coordina y mantiene unido el cosmos se manifiesta el mismo en su propia obra y al mismo tiempo es invisible en la forma en que lo ordena. Por eso, nos conviene no menospreciar las cosas invisibles, siendo también muy posible que cuando nos demos cuenta del poder de estas cosas invisibles a través de sus expresiones, adoremos a la deidad'. vii

Platón lo expresó en sus diálogos de esta manera: "¿Es fácil decir en verdad que los dioses existen? En primer lugar, hay pruebas de que proviene de la tierra, el sol, las estrellas y todo el universo, y el hermoso arreglo de las estaciones, marcado por años y meses "viii.

Ellos también mencionaron las opiniones de sus oponentes. En uno de sus diálogos, Platón deja decir a Sócrates: ‘¿O diremos ... que todas las cosas incluyendo lo que se llama el universo, están gobernados por una fuerza irracional y accidental y pura casualidad ...?

Los Atomistas, los Epicuristas y los Estoicos

Aquéllos que, en la Grecia Antigua antes de Cristo, asumieron la existencia de una fuerza irracional, fortuita y casual en el universo, se los conoce como atomistas. Explicaron el cosmos desde una visión estrictamente materialista y mecanicista, y vieron el universo, la tierra y el ser humano como resultado de un choque accidental de átomos. En los primeros siglos después de Cristo, fueron los estoicos y los epicúreos que se enfrentaron entre sí.

Los epicúreos se unieron a los atomistas materialistas y los estoicos estuvieron en gran medida de acuerdo con Platón. Éstos describieron a Dios como un espíritu inteligente y ardiente (pneuma) que está conectado internamente con el cosmos (inmanente a él) y lo penetra como un principio lógico omnipresente (logos). A través de este Dios, el cosmos muestra un orden cósmico (diakosmèsis).

Según las antiguas escrituras, los estoicos llegan al conocimiento de Dios ante todo ‘por la belleza de aquellas cosas que nos son, visibles. Así, concluyeron que nada de semejante belleza puede formarse de manera casual y accidental'ix. Debido a que el logos divino (la Palabra creadora divina) lo impregna todo, la gente puede volverse observador y pensador consciente de ello. Así escribe Epicteto, un filósofo estoico: ‘Dios ha traído al hombre al mundo para que sea un observador de sí mismo y de sus obras, y no sólo un observador, sino también capaz de explicar estas cosas. ¡Entonces asegúrate de no morir sin haber notado estas cosas!x Debido a que existe una conexión entre el espíritu humano y el espíritu divino, dicen los filósofos estoicos, es posible que los humanos podamos experimentar y explicar a Dios y a lo divino, desde nuestro ‘pensar con el corazón'. Si eso sucede, entonces será posible un cambio interno.

Clive Staples Lewis

El último fue el caso en C.S. Lewis, un académico literario británico y escritor. En su autobiografía dice: ‘Tuve que admitir que el Espíritu no es un fenómeno tardío y secundario. Que todo el universo, en última instancia, es espiritual. Que nuestra lógica participa en un logos cósmicoxi. En otras palabras, nuestro pensamiento (lógica) participa en un logos cósmico (la omnipresente, incluyente y creativa Palabra divina). Porque eso es así, todo está conectado con todo.

La cuestión de si la creación es enteramente una coincidencia o si es intencional y deseada, la dejaremos abierta. En mis siguientes artículos, ‘Las jerarquías de ángeles como creadores del hombre y la tierra' y 'De Darwin al espíritu en evolución', contaré cómo en las concepciones del cristianismo esotérico, el concepto de Dios como creador del cielo y la tierra y la teoría evolutiva de Darwin, se encuentran.

Traducido por Norah Espejo.


  1. Darwin Francis. Life and Letters of Charles Darwin, 1887, New York.
  2. Darwin Francis. Life and Letters of Charles Darwin, 1887, New York.
  3. Cees Dekker, Ronald Meester en René van Woudenberg, En God beschikte een worm. Over schepping en evolutie, 2006 Kampen.
  4. R. Plasterk, Juist onder religieuzen heerst een gebrek aan ethiek. En: Leven Zonder God, 2003.
  5. Gayord G. Simpson, The Meaning of Evolution, 1950, New Haven, Yale University Press
  6. D. Swaab, Evolutionair gezien zijn we weinig meer dan wegwerpartikelen. En: Leven Zonder God, 2003,
  7. Xenophon, Recuerdos de Sócrates, 4.313-14). Sócrates vivió entre 470 y 399 a.c.
  8. Platón, Leyes, 886A).Platón vivió entre 427 y 347 a.c.
  9. Aëtius, Placita Philosophorum 1.6 (Aecio, Opiniones de los filósofos 1.6)
  10. Epictetus, Discursos en base a las anotaciones de Flavio Arriano 1.6. Epicteto vivió entre 60 y 130 d.c
  11. Lewis C.S., Surprised by Joy: The Shape of My Early Life, 1988, London, Harper Collins

 

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