El desarrollo de las Organizaciones con ánimo de lucro 

en las Siete Fases

Fase 1. La Organización Teocrática

Para encontrar un buen ejemplo de la fase 1 debemos retroceder hasta el momento del Antiguo Egipto. Los egipcios creían que la Tierra era plana y que su centro era Egipto, del cual el Rey-sacerdote, o Faraón, era a su vez el centro. Él representaba a Dios sobre la Tierra. Todo, el suelo, las personas y la vida, pertenecían al Faraón. En aquel tiempo todavía no había consciencia del ser como individuo.

En nuestro tiempo todavía podemos encontrar restos de la fase teocrática.

Fase 2. La Organización Autocrática

Esta forma de organización, que regresa al pasado (en ocasiones todavía reciente), muy a menudo es un negocio de familia con una rígida estructura jerárquica autoritaria. El liderazgo es autoritario y paternalista, y depende fuertemente de la intuición del líder. El conocimiento se transmite de padre a hijo.

Los empleados mismos son pasivos y obedientes, y el pensamiento independiente y el asumir iniciativa y responsabilidad por parte de los empleados, no tiene lugar. El negocio tiene una atmósfera de grupo-familia, y como tal, suministra coherencia y seguridad (el viejo grupo).

Fase 3. La Organización Burocrática

Después de la Segunda Guerra Mundial, comenzaron a tener lugar cambios en el mundo de los negocios, a ritmo rápido. Ahora, es tarea de la gerencia, asegurar que todo este complejo proceso de personas trabajando juntas y trabajando con la tecnología, funcione con suavidad. Las tareas importantes en la fase 3 son planificación, elaboración de presupuestos, organización, contratar y supervisar a las personas, y resolver problemas. Los sistemas y el pensamiento sistemático hacen su aparición. El gerente es el que dirige estos procesos. Él cumple la función del ego de la organización. Guiar la organización ya no es una cuestión de intuición y talento natural para el liderazgo, sino de habilidades profesionales y ser experto en la materia.

Es una característica de la fase 3 que todo se oriente hacia la consecución de objetivos y resultados. Es importante dejar que el mundo sepa quién eres y de medirte a ti mismo con otros (el elemento de la competición). Podemos ver esto, especialmente, en las organizaciones comerciales. Debido a que el clima corporativo está orientado a la ejecución, las personas dejan que el ego las guíe y las motive, fácilmente. El resultado es que, en las organizaciones orientadas a beneficios en la fase 3, los patrones de interacción son tales que, a menudo, las personas se oponen unas a otras e, incluso, se experimentan unas a otras como competidores.

Hoy, la mayoría de los negocios están en la fase 3. El acercamiento a sistemas funciona bien, en tanto en cuanto se mantienen al servicio de la tarea central de la organización, pero tiene un resultado negativo cuando el pensamiento sistemático se convierte en un fin en sí mismo. Entonces, todo gira alrededor de las cotizaciones del mercado de valores y de los beneficios elevados. Esto lleva a más reorganización y restructuración. En este tipo de atmósfera florecen, la desavenencia, la desconfianza y la negatividad. A menudo, esto deja poco espacio para el crecimiento. El resultado es el estrés.

Los problemas de la fase 3 son frecuentemente el resultado de una forma de pensamiento anticuado.

Fase 4. La organización en transformación

Esta fase involucra dejar ir la vieja orientación, y dar los pasos desde lo externo hacia lo interno. Esto está relacionado con encontrar la esencia de la organización: su misión, su identidad y su visión. ¿Por qué estamos aquí? ¿Cuál es el propósito de que estemos aquí? ¿Cuál es nuestra contribución a un todo mayor? ¿Quiero (por ejemplo) producir mis alimentos de manera que contribuyan a la salud y bienestar de la gente, o lo hago sólo por mí, para maximizar mis beneficios?

El proceso de transformación de una organización involucra entrar en armonía con sus valores centrales y su identidad y, con esos valores como punto de partida, redefinir la organización entera, y remodelarla y restructurarla en todos sus aspectos. Esto requiere muchos años de esfuerzo y debe involucrar a todo el mundo en la organización, de arriba abajo (un cambio en la cultura corporativa).

El paso de la fase 3 a la fase 4 es muy largo debido a que la organización debe dejar ir su orientación a la ejecución –y a los resultados- y, en su lugar adoptar modos de pensar y actuar desde la perspectiva de los valores y las personas. Esto llama a un cambio interior fundamental.

En la fase 4 y en las siguientes, lo ideal y lo material (beneficios) se vuelven igual de importantes.

Una organización en fase 4 atrae a empleados que tienen un gran deseo, no sólo de desarrollarse a sí mismos, sino también su propio principio espiritual, su núcleo esencial. Quieren dedicarse a los valores de la organización, que también son sus valores.

El inicio, estímulo y guía de semejante proceso de transformación, requiere un liderazgo altamente desarrollado y el estilo de liderazgo correcto.

Fase 5. La Organización Basada en Valores Morales y Principios

Solamente en los últimos 35 años, o así, ha sido cuando las organizaciones han desarrollado características que pertenecen a la fase 5. ¿Cuáles son esas características?

  1. Tienen una visión y una misión basada en valores fundamentales y en principios.
  2. La misión y la visión crean entusiasmo e implicación en los empleados y dan a las personas una dirección común, mientras les permite al tiempo su propia contribución.
  3. Se estimula a los individuos a ejecutar y desarrollar iniciativas, como si fueran co-propietarios de la organización.
  4. Habitualmente muestran una fuerte descentralización del poder de toma de decisiones, jerarquías planas y poca burocracia (liderazgo servidor), una rendición del poder y del estatus (la capacidad de dejar tu ego de lado).
  5. Se valoran los sentimientos, la inspiración y la intuición espiritual.

En la práctica requiere mucha intuición, así como esfuerzo, llevar una organización a la fase 5, lo cual es la causa de que haya tan pocas organizaciones que alcancen este nivel. El factor decisivo, por excelencia, es si hay suficientes personas en la gerencia que se encuentren personal y relacionalmente en la fase 4, o en la fase 5.

Fase 6. La Organización como una Nueva Comunidad

¿Cuál es el aspecto que tiene una organización de la fase 6? No es posible dar una descripción detallada aún, aunque podemos mencionar una serie de elementos. En la fase 6 el acento recaerá en la necesidad de todos los gerentes, y de los empleados involucrados, en desarrollarse a sí mismos personal y espiritualmente hasta el núcleo.

En nuestros días, que están caracterizados en primer lugar por la fase 3, las necesidades y los impulsos vendrán principalmente desde el ego, esto es, de las preguntas que nosotros mismos generemos desde nuestro ego. Sin embargo, en la fase 6 estos impulsos se dirigen hacia el otro, desinteresada y libremente. El acento yace en una manera fraternal de tratarnos unos a otros, a través del cual se desarrollará un sentimiento completamente nuevo de afecto y solidaridad entre empleados.

Fase 7. La Organización como Contribuyente al Desarrollo del Mundo

En la fase 7 la atención de la organización se enfoca, principalmente, en la contribución que esta quiere hacer al desarrollo de un todo mayor: la sociedad, la humanidad, la naturaleza, la Tierra. En nuestros días, los precursores de esta fase ya son visibles. Nos damos cuenta de en qué medida la prosperidad tecnológica e industrial de los últimos 50 años, ha llegado a expensas de la naturaleza y de la gente. Los bosques primigenios se han cortado, los mares se han esquilmado, el suelo y el agua se han contaminado.

En reacción a todo esto, ha surgido la noción de “empresas sostenibles”, que se esfuerzan por traer un equilibrio en los intereses económicos, sociales y ecológicos, y mantener ese equilibrio, para promover el bienestar y la salud de los conjuntos mayores.

Conflictos Internos

Sin embargo, las fases 5, 6 y 7 sólo se desarrollarán en un sentido correcto si también aprendemos a reconocer y tratar con la actividad de las fuerzas oscuras. Las fuerzas oscuras, o negativas, no quieren desarrollo posterior y se oponen a él activamente.

Este es el motivo de que haya una batalla en la fase 4 entre, por un lado, los poderes negativos de la oscuridad, y por el otro los poderes de la luz, la consciencia y el amor que buscan el progreso. Las fuerzas oscuras tienen su punto de contacto en el ego, la parte de la personalidad que está dirigido hacia el “uno mismo”. Los poderes de la consciencia y del amor, derivan de la esencia del núcleo espiritual. La batalla interna llama a una (auto) reflexión, auto-conocimiento y a hacer –una y otra vez- elecciones conscientes.

En Varias Fases al mismo Tiempo

Del mismo modo que sucede en el desarrollo personal y de las relaciones, una organización también se encuentra en varias fases al mismo tiempo. Por lo tanto, la organización tiene la tarea de volverse consciente de dónde se encuentra en el camino del desarrollo, dónde quiere ir y qué aspectos se van quedando rezagados. ¿Dónde persisten aún las viejas formas de pensamiento, y los patrones y estructuras antiguas y no libres (las reacciones), que sobreviven a su tiempo? La tarea es llevarlas más allá, en el sentido de las fases 4 y 5, y desarrollarlas.

Adaptado de: Adaptado de: Las Siete Fases de Desarrollo en Personas y Organizaciones, por Margarete van den Brink (Editorial Rudolf Steiner, Madrid).

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